«En el PSOE no hay bandos ni el PSOE es una banda»
Susana Díaz
«En el PSOE no hay bandos ni el PSOE es una banda»
Susana Díaz
Hace un par de días ví unas declaraciones de Artur Mas y me recordaron al «España ens roba» de Pujol.
La RAE define radicalismo como: “Conjunto de ideas y doctrinas de quienes, en ciertos momentos de la vida social, pretenden reformar total o parcialmente el orden político, científico, moral y aun religioso”. Entonces sí, soy un radical, y desde hace mucho tiempo.
Los nacionalismos son un invento de la burguesía para dividir a los trabajadores.
Se acabó el «estado del bienestar» en Europa creado después de la segunda guerra mundial y justificado por la «guerra fría». Volvemos al feudalismo, o neoliberalismo, o capitalismo feudal, con «toque español». Y lo que ha llegado es solo el principio. Dáos una vuelta por Chile, por ejemplo, y entenderéis de qué va el rollo. A los españoles de menos de 40 años aprox. les cuesta entenderlo porque nunca han vivido algo igual.
Hay que ser muy ingenuo para creerse la pantomima que están haciendo PP y Ciudadanos.
El capitalismo neoliberalista nos está llevando a que se acabe instaurando una renta básica (para que no estalle una revolución). Bueno, al fin y al cabo es lo mismo que la cartilla de racionamiento de los regímenes comunistas, ¿no? O sea, que vamos mal con un régimen u otro.
Pues a ver si van inventando otro rapidito, que este último ya hace aguas también…
Marx escribió en El Capital lo siguiente: “Los trabajadores son importantes para los mercados como compradores de bienes y servicios. Ahora bien, la dinámica del capitalismo lleva a que los salarios –el precio de un trabajo- bajen cada vez más, motivo por el que se crea un problema de falta de demanda de aquellos bienes y servicios producidos por el sistema capitalista, con lo cual hay un problema, no solo en la producción, sino en la realización de los bienes y servicios. Y este es el problema fundamental en la dinámica capitalista que lleva a un empobrecimiento de la población, que obstaculiza a la vez la realización de la producción y su realización”. Más claro, el agua. Esto no es Keynes, es Karl Marx. De ahí la necesidad de trascender el capitalismo estableciendo una dinámica opuesta en la que la producción respondiera a una lógica distinta, en realidad, opuesta, encaminada a satisfacer las necesidades de la población, determinadas no por el mercado y por la acumulación del capital, sino por la voluntad política de los trabajadores.
Ver ayer el programa Polònia fue muy pedagógico para recordarnos que cuando entró CiU en el gobierno catalán allá por el año 2010 (y como presidente Artur Mas), lo hizo con el soporte del PP. No es de extrañar que ahora el PP ayude a CDC (o como se llamen ahora) a tener grupo propio en el parlamento español cuando no cumplen los requisitos. Y así mantienen el dinero que perciben (y presencia, voz). Y tanto al PP como CDC les va bien, porque así siguen con la controversia independentista y ambos siguen ganando votos y manteniendo el poder.
Está claro que la derecha siempre se entiende cuando hay poder y dinero por medio, sea catalana o española. ¿Y los temas soberanistas? Cuando de dinero y poder se trata, eso pasa a un segundo (o tercer) plano.